Mi experiencia con el COVID19
Llegó al país el día de mi cumpleaños. Sin saber que al mes, en mi trabajo, lo iba a adquirir.
unaenfermeraescribe
Por Ericka Murillo.
Del latín "dolus" (dolor), se concibe el duelo como reacción natural ante la pérdida; ésta puede ser de una persona, trabajo, la separación de los padre, aborto, la pérdida miembro del cuerpo por ejemplo posterior a una cirugía, pérdida de habilidades para realizar actividades que antes se podían, por ejemplo en una hospitalización o posterior a un accidente de tránsito con secuelas o el anuncio del diagnóstico de alguna enfermedad.
El duelo tiene implicaciones a nivel físico, emocional, cognitivo, social, conductual y espiritual, lo que requiere una reestructuración ante la nueva situación; proceso que implica dolor y un periodo de tiempo variable para readaptarse. Se habla en la teoría de entre 6 semanas hasta inclusive 1 año.
Entre las manifestaciones por Warren podemos mencionar:
Conocemos que el duelo es un proceso que se da en etapas, no siempre con orden específico y en ocasiones se pueden traslapar las mismas, las cuales son:
Fase de shock. Sentimientos de que "no es posible" lo que se esta atravesando. Va desde la incredulidad, el rechazo hasta la negación.
Fase de anhelo y búsqueda. Se anhela que la persona, cosa, situación perdida vuelva y tiende a negar la permanencia de la pérdida. La rabia juega una parte importante en esta fase.
Fase de desorientación y desesperación. La persona en duelo encuentra difícil funcionar en su medio.
Fase Reorganización y recuperación. Donde como la palabra lo dice se da una reestructuración para adaptarse al cambio por la pérdida.
La elaboración del duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida de lo que ya no está, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y frustación que comporta su ausencia. Jorge Bucay
El trastorno causa un importante interrupción de la vida social, laboral u otras actividades significativas de la persona en duelo, por lo que es un proceso que interrumpe la estabilidad y bienestar de quien lo atraviesa. Sin embargo como se mencionó es algo natural pero si puede convertir en un problema, la diferencia entre un duelo normal y uno patológico estriba en la intensidad y duración de las reacciones emocionales (Pancrazzi, 1993; Filgueira, 1995).
El duelo patológico puede clasificar de distintas formas, a saber:
Duelo reprimido. Las personas que no se permiten a sí mismas experimentar el duelo directamente pueden desarrollar síntomas médicos similares a los que exhibía el fallecido o algún otro tipo de queja psicosomática. Aparece de una de las dos maneras siguientes: enmascarado como síntoma físico o a través de algún tipo de conducta aberrante o desadaptativa.
Duelo aplazado. Se llaman a veces inhibidos, suprimidos o pospuestos. La persona puede haber tenido una reacción emocional en el momento de la pérdida, pero no fue suficiente.
Duelo crónico. Es aquel que tiene una duración excesiva y nunca llega a una conclusión satisfactoria.
Duelo exagerado. Experimenta la intensificación de un duelo normal se siente desbordada y recurre a una conducta desadaptativa. Incluyen los trastornos psiquiátricos mayores que surgen después de una pérdida.
Perder es dejar algo "que era" para entrar en otro lugar donde hay otra cosa "que es". J. Bucay
No hay receta para que el proceso llegue a su fin pronto o cese el dolor que éste causa.
Si tu pérdida es de una persona, parte del cuerpo, trabajo, divorcio o cualquiera que sea,ten presente que no por ello es menos importante ya que lo que se toma en cuenta en este caso es el vínculo entre usted y aquello que fue importante por lo cual se genera el apego.
Como seres humanos debemos flexibilizarnos y adquirir las habilidades para adaptarnos a los cambios en un proceso que es subjetivo para cada uno y sumamente válido.
Expresa lo que sientes, no lo escondas o reprimas en tu interior; lo que se dice, se puede asumir y empezar a sanar con el tiempo. Y como vimos, evitar vivir el dolor presente puede llegar a ocasionar de alguna forma un duelo patólogico.
Si hay un ser querido que atraviesa un duelo se debe facilitar la expresión de lo que siente, es importante no pretender tener respuestas correctas para darle o consejos, es necesario ante todo escuchar, la propia persona debe ser capaz de reconocer sus respuestas, las cuales están dentro de sí.
Muchas veces queremos ayudar pero terminamos haciendo lo contrario, ten presente que hay expresiones que no benefician en absoluto a una persona que atraviesa un proceso, como los ejemplos que se leen en la siguiente imagen.
Consultar en cambio ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Existe alguna forma en que te pueda ayudar? Pueden ser preguntas que abran el diálogo y la expresión hacia las necesidades reales de la persona. O simplemente hacer saber a la persona que cuenta con usted aunque compartan solo momentos en silencio, la compañía espiritual tiene un gran peso.
Hay que tener presente que no se trata de entender a la persona, sino de sentir con. Ser empático, pues la situación la atraviesa solo él o ella.
El duelo, como leíste, es un proceso "normal" que cada persona elabora con los recursos de que dispone en función de su perfil biográfico y de su actitud ante la vida, y por otra parte, hay un hilo pequeño donde el proceso puede complicarse y necesitar la asistencia profesional.
En caso de sentir la necesidad de ayuda, le invito a hacer contacto con un profesional de enfermería de salud mental o psicólogo para ahondar en su situación, pues cada situación se debe tratar de forma individualizada.
García-Viniegras, Carmen Regina Victoria, Grau Abalo, Jorge A, & Pedreira, Infante. (2014). Duelo y proceso salud-enfermedad en la Atención Primaria de Salud como escenario para su atención. Revista Cubana de Medicina General Integral, 30(1), 121-131. Recuperado en 04 de diciembre de 2016, de https://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252014000100012&lng=es&tlng=es.
J. William Worden. (s.f.).EL TRATAMIENTO DEL DUELO: Asesoramiento psicológico y terapia. Disponible en https://www.ignaciodarnaude.com/masalla_experienciaspostmortem/Neimeyer,Aprender%20de%20la%20Perdida,el%20duelo.pdf
Payás A, Las tareas del duelo. Psicoterapia del duelo desde un modelo integrativo-relacional. Madrid, Paidós, 2010.
Filgueira, M. (1995). Psicodrama focal del duelo patológico. SISO/SAUDE (25), 17‐32..
Pangrazzi, A.(1993). La pérdida de un ser querido. Madrid: Ediciones Paulinas.
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